Reina Victoria
Se abre la puerta a la hemofilia en las casas reales S. XIX
Se sabe que la dinastía de los Hannover tiene su origen por el fallecimiento de un monarca llamada Ana Estuardo en 1727, quien murió sin descendencia y la única persona con el derecho legítimo de tomar el trono fue Jorge I; un alemán que llegó a la posesión si siquiera hablar inglés. Posterior a esto quien lo sucedería sería su hijo Jorge II y posterior a él, Jorge III sería el monarca de la casa británica, siendo este el abuelo de la reina Victoria.
Jorge III tuvo tres hijos, de los cuales el primero en tomar el trono sería Jorge IV, quien murió en 1830 y tomaría su lugar el segundo de los hermanos Guillermo IV.
Estos dos personajes se saben que no padecieron hemofilia, pero tampoco tuvieron descendencia legítima, por lo que el tercer hermano Eduardo, duque de Kent pasaría a ser el monarca británico y el único que contrajo matrimonio con una noble alemana, quienes serían padres de la reina Victoria. Victoria del Reino Unido nace el 24 de mayo de 1819, quien contraería matrimonio con su primo hermano Alberto de Sajonio y Coburgo.
Aún hoy se desconoce el origen del gen de la hemofilia en la reina Victoria, ya que se tienen documentados a sus antecesores y ninguno de ellos mostró signos de sufrir esta condición.
Este matrimonio tuvo 9 hijos; la primera fue llamada igual que su madre, Victoria que nació en 1840; el segundo fue Eduardo que se convirtió en el monarca Eduardo VII a la muerte de Victoria. Alicia fue la tercera descendiente y portadora de hemofilia.
De los 9 hijos uno padeció hemofilia, quien fuera Leopoldo el penúltimo descendiente; y la hija menor Beatriz, que también fuera portadora.
Ahora se sabe que ninguno de los otros descendientes portó el gen de la hemofilia. Es a partir de Alicia, Leopoldo y Beatriz, que el gen de la hemofilia se introdujo en otras casas reales como la rusa, la de Prusia y la Casa Real Española.
“Una de las familias más famosas por introducir el gen de la hemofilia en Europa es la casa real británica.”
— Don Quijote